El prestigioso neurólogo Nolasc Acarín se mostró ayer en el Club Faro moderadamente optimista sobre la futura cura del alzheimer, una enfermedad para la que actualmente no existe remedio. "En diez años el alzheimer estará resuelto de una forma u otra", señaló el especialista, matizando que primero se lograrán soluciones paliativas y luego la curación definitiva.
Acarín (Barcelona, 1941) mostró, sin embargo, su honda preocupación por el gasto que supondrá para las familias este tipo de demencia. Se estima que cada paciente genera un gasto anual de unos 30.000 euros, lo que –contando las 800.000 personas que sufren demencia en España– arroja un monto total de 24.000 euros anuales. Cada cuatro años, dicho montante equivale al plan de rescate de Grecia: 100.000 millones de euros. "No hay en España conciencia suficiente para afrontar el reto que se nos viene encima", advirtió el neurólogo catalán, que recomendó una mayor subida del precio del tabaco y del alcohol destilado como posible forma de financiación para este gasto social.
Autor de un clarificador "Manual de instrucciones" para el alzheimer, Nolasc Acarín fue jefe de la sección de Neurología del Hospital de la Vall d´Hebrón de Barcelona (1976-2006), y entre sus obras figura también "El cerebro del rey", un libro de divulgación de gran éxito. Su presentador, Juan Gómez, jefe de Neurología del Hospital Xeral de Vigo, le definió como "un hombre tranquilo con un cerebro inquieto".
Causas desconocidas
Tras una charla alejada de tecnicismos innecesarios y de enorme claridad expositiva, el neurólogo catalán explicó que el alzheimer obedece a un cambio de posición en las proteínas del cerebro que origina una modificación en la textura de éste. Lo comparó con el proceso de salado y desalado del bacalao, cuya carne cambia sus características respecto al fresco.
Sobre el estado actual de la investigación, recordó que se conocen los trabajos que se realizan en Estados Unidos y en otros países, pero no así lo que se investiga en China, que puede dar –dijo– muchas sorpresas. "Se trabaja con cierto secreto –desveló– porque la cura del alzheimer generará una guerra de patentes tremenda. Ríase usted del petróleo", ironizó.
Recordó que el alzheimer, causa del 60 por ciento de las demencias que se diagnostican, "destruye el pensamiento del enfermo y las emociones de los familiares", y resumió sus recomendaciones para estos últimos en una frase: "Caricias para el enfermo y recreo para el familiar: el cuidador debe dedicar cuatro horas al día al ocio, a desconectar".
Manifestó que no existe un tratamiento específico para la enfermedad, y se mostró algo escéptico en torno a las llamadas "pastillas para la memoria". "Parece que disminuyen la rapidez de la evolución de la enfermedad al inicio", indicó.
Por el contrario, sí existen tratamientos eficaces contra los síntomas asociados y las complicaciones, como los trastornos del estado de ánimo y de la conducta: apatía, depresión, irritabilidad, desinhibición...
Nolasc Acarín recomendó el ejercicio físico moderado, el mantenimiento de la higiene, una alimentación e hidratación adecuadas y evitar el dolor en los momentos finales. "Cuando un paciente entra en estado vegetativo y no hay perspectivas hay que dejarlo morir –defendió–. No es ético alargar la vida de un familiar con sondas para alimentarle".
Para "resistir" ante el alzheimer también aconsejó a las personas mayores llevar jornadas ordenadas y ocupadas; pasear; la estimulación cognitiva –a través de actividades como la música y el baile–; realizar una lectura y explicar a continuación lo leído; y mantener hábitos de socialización –reuniones de amigos y tertulias, por ejemplo–. Subrayó que algo tan sencillo como ver de nuevo películas que han gustado en la juventud o jugar a las cartas y a otros juegos de mesa –que implican cierto grado de estrategia y concentración, como el ajedrez– puede servir de gran ayuda. "Resulta igual de beneficioso jugar dos horas al dominó o a las cartas que leer dos libros", aseguró.
Por cortesía de http://www.farodevigo.es/